El significado de los garabatos
Si solés dibujar flores en cuanto tenés oportunidad, o hacés cuadraditos superpuestos en cada conversación telefónica, podés enterarte de qué se tratan estos trazos.
Marcela Milesi
¿Sos de las personas que hacen dibujos mientras hablan por teléfono, esas que cualquier espacio en blanco es idóneo para comenzar a trazar líneas? Esos dibujos son considerados ―garabatos de adultos‖. Aquí, algunos de sus significados bajo la mirada de la grafología. Para poder analizar e interpretar estos garabatos, primero debemos abordar el significado de arquetipos. El concepto de arquetipo fue desarrollado por Carl G Jung (psicólogo y psiquiatra suizo) y, en términos generales, los arquetipos son estructuras inconscientes o moldes de energía psíquica que forman parte del inconsciente colectivo. Éstos son verdaderos núcleos de significación, es decir, que son patrones fundamentales de formación de los símbolos. El arquetipo, por lo tanto, representa esencialmente un contenido inconsciente. Un análisis e interpretación grafológico implica la identificación y evaluación de cada trazo que compone aquello que estemos analizando, en este caso, el garabato de un adulto. Por lo tanto, no podemos dejar de lado aspectos tales como el movimiento, la dimensión, la presión, la ubicación, etc. Llamaremos ―garabatos de adultos‖ a los dibujos que son realizados en forma espontánea, mientras mantenemos conversaciones en reuniones, hablamos por teléfono o tenemos conversaciones con nosotros mismos. Habitualmente los encontramos, en los márgenes de las hojas, en las tapas de cuadernos, en agendas, sobres, anotadores ubicados cerca del teléfono, etc. Dentro de los garabatos están los circunstanciales y los fijos o permanentes. ¿Qué reflejan los garabatos circunstanciales? Estos responden a un estado emocional y reflejarán de qué manera se está relacionando quien los hace con el hecho que está sucediendo. Reflejan su emocionalidad: si le genera tensión, nerviosismo, irritabilidad, necesidad de reconocimiento, angustia, euforia, etc. Los garabatos circunstanciales no reflejan rasgos que constituyen la personalidad de quien los realiza, solo como se relaciona con un hecho en particular. Por ejemplo, hacer flechas mientras hablamos por teléfono, cuadraditos, cuadrículas, etc., cuando habitualmente no las hacemos. ¿Cuáles son los garabatos fijos o permanentes? Son los que realizamos recurrentemente, es decir, que surgen en forma espontánea más allá de nuestro estado anímico y se repiten en el tiempo. Por ejemplo, tener como hábito dibujar cuadrados, corazones, flores, flechas, líneas, etc. Los dibujos grandes (más de la mitad de la hoja) indican la necesidad de expansión, de movimiento, de mostrarse, etc. Los dibujos pequeños nos hablarán de timidez y retraimiento, son personas que se conectan más consigo mismo y no muestran abiertamente sus pensamientos o sentimientos. Cuantas más líneas curvas veamos en el dibujo, nos hablará de mayor adaptabilidad. Son personas que se sienten a gusto con otros, con tendencia a compartir y relacionarse desde un mundo afectivo. Si predomina el ángulo o las líneas rectas, nos estará hablando de mayor individualismo, necesidad de separar el pensar del sentir, lógica, metodología, tendencia a racionalizar, etc. Las casas, flores, flechas, cuadrados, etc. tienen en sí mismo un simbolismo y, además de analizar su particularidad en cuanto al tipo de trazo, se considera que representa desde un aspecto simbólico, ya que el elegir hacer ese dibujo y no otro, no es casual. Por ejemplo: * Autos o vehículos: manifiesta deseo de cambio, de movimiento, dinamismo, impaciencia. Si el vehículo está estático, el dinamismo está bloqueado; si está en acción (le hacen las luces encendidas, alguien adentro conduciendo, o líneas de movimiento) representará que la persona está accionando y que se predispone hacia el dinamismo. * Caminos: es una vía de escape o de comunicación, es una necesidad de salida. * Casas: si están aisladas, es necesidad de tranquilidad. También puede representar gusto por la vida hogareña, dependiendo de los trazos. * Círculos: nos habla que la persona gira en torno a una situación que, muchas veces, no encuentra la salida. Cuando se hacen muchos círculos nos habla que la persona tiene la tendencia a encerrarse en su propio mundo o ideas. Los círculos se relacionan con el mundo afectivo. * Flores: es un símbolo femenino, de felicidad pero narcisista. Significa lucir, mostrar, adornar. Romanticismo, preocupaciones sentimentales, afectividad, necesidad de reconocimiento. * Cruz: son dos fuerzas que se oponen, indican capacidad de síntesis, decisión, autoconfianza, seriedad y cautela. * Paralelas: equidistancia, igualdad y orden. Indica actividad mental, claridad y objetividad. Cuando son en sentido vertical, nos hablará de constancia, dominio y orden. Cuando es horizontal, indica observación, organización, método y espíritu de lucha. * Cuadrado o rectángulo: organización, método, capacidad de síntesis, prudencia, paciencia, constancia, dominio, reserva y falta de expansión. * Cuadrícula: concentración y tensión, también nos habla de exceso de análisis, falta de confianza en sí mismo, dificultades para la toma de decisión y para darle iniciativa a una acción. * Flecha: manifestación de ataque, rapidez y orientación. Disposición para la actividad, gusto por la iniciativa y la acción voluntaria independiente, energía psíquica potente. Como así también puede significar, impulsividad en la toma de decisiones, pobre control del impulso, dificultades para la adaptación, falta de paciencia, prudencia y benevolencia.
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No fragmento 'Si solés dibujar flores en cuanto tenés oportunidad […]', a palavra destacada pode ser traduzida, com o mesmo significado e adequação à variedade linguística utilizada pela autora do texto, por:
te habitúas a
seguís la tendencia de
tenés la costumbre de
repites la acción de
Gabarito:
tenés la costumbre de
(UFU/MG)
Estou farto do lirismo comedido do lirismo bem comportado [...]
Quero antes o lirismo dos loucos
O lirismo dos bêbedos
O lirismo difícil e pungente dos bêbedos
O lirismo dos clowns de Shakespeare
− Não quero mais saber do lirismo que não é libertação.
BANDEIRA, Manuel. Libertinagem.
Em relação aos versos citados do poema “Poética” e à obra Libertinagem, de Manuel Bandeira, marque a assertiva INCORRETA.
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(UFU-2006) Leia o trecho seguinte, de Triste fim de Policarpo Quaresma, que reproduz um diálogo de Ricardo Coração dos Outros com Quaresma e D. Adelaide.
“Oh! Não tenho nada novo, uma composição minha. O Bilac conhecem? (...)quis fazer-me uma modinha, eu não aceitei; você não entende de violão, Seu Bilac.
A questão não está em escrever uns versos certos que digam coisas bonitas; o essencial é achar-se as palavras que o violão pede e deseja. (...)
(...) vou cantar a Promessa, conhecem? Não disseram os dois irmãos. (...)h! Anda por aí como as ‘Pombas’ do Raimundo.”
Lima Barreto. Triste fim de Policarpo Quaresma.
Parta do trecho lido para marcar a alternativa INCORRETA.
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(Ufu 2016) O jardim já vai se desmanchando na escuridão, mas Cristina ainda vê uma gravata (cinzenta?) saindo do bolso vermelho. Quer gritar de novo, mas a gravata cala a boca do grito, e já não adianta o pé querer se fincar no chão nem a mão querer fugir: o Homem domina Cristina e a mão dele vai puxando, o joelho vai empurrando, o pé vai castigando, o corpo todinho dele vai pressionando Cristina pra mata. Derruba ela no chão. Monta nela. O escuro toma conta de tudo.
O Homem aperta a gravata na mão feito uma rédea. Com a outra mão vai arrancando, vai rasgando, se livrando de tudo que é pano no caminho.
Agora o Homem é todo músculo. Crescendo.
Só afrouxa a rédea depois do gozo.
Cristina mal consegue tomar fôlego: já sente a gravata solavancando pro pescoço e se enroscando num nó. Que aperta. Aperta mais. Mais.
BOJUNGA, Lygia. O abraço. Rio de Janeiro: Casa Lygia Bojunga, 2014. p. 82
Instantes derradeiros de O abraço, a passagem narra encontro de Cristina com o ‘Homem’. Levando-se em conta o enredo da obra até seu desenrolar nesses momentos finais, Cristina
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(UFU - 2016 - 1ª FASE)
DIONISOS DENDRITES
Seu olhar verde penetra a Noite entre tochas acesas
Ramos nascem de seu peito
Pés percutem a pedra enegrecida
Cantos ecoam tambores gritos mantos desatados.
Acorre o vento ao círculo demente
O vinho espuma nas taças incendiadas.
Acena o deus ao bando: Mar de alvos braços
Seios rompendo as túnicas gargantas dilatadas
E o vaticínio do tumulto à Noite –
Chegada do inverno aos lares
Fim de guerra em campos estrangeiros.
As bocas mordem colos e flancos desnudados:
À sombra mergulham faces convulsivas
Corpos se avizinham à vida fria dos valados
Trêmulas tíades presas ao peito de Dionisos trácio.
Sussurra a Noite e os risos de ébrios dançarinos
Mergulham no vórtice da festa consagrada.
E quando o Sol o ingênuo olhar acende
Um secreto murmúrio ata num só feixe
O louro trigo nascido das encostas.
SILVA, Dora Ferreira da. Hídrias. São Paulo: Odysseus, 2004. p. 42-43.
Ao evocar a mitologia, Dora Ferreira reativa em seu poema o mito de Dionisos. Nesse resgate do mito do deus Dionisos, o verso
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